Mi querida hija:

Me pides ahora que detenga toda esta tempestad, me pides que cure la enfermedad y que regrese al mundo a ser lo que era antes…

Hija mía, no te das cuenta, no puede ser así, no ves que hay hombres que deben ser sanados, no ves que no son los cuerpos, sino los corazones de los hombres los que están enfermos.

Todo esto, ya lo sabes, debe suceder porque es la manera de despertar a la humanidad, de hacerles abrir los ojos para que vean lo que es realmente importante para ustedes.   No, no importa el automóvil, la ropa, el trabajo, ni tampoco el dinero … No son importantes las grandes corporaciones, ni las cadenas multinacionales…

Lo único que es realmente importante son ustedes, los hombres…  Tu familia, tu pareja, tus hijos…  Lo único realmente importante es la forma en que cada uno abre el corazón y la forma en que pueden compartir el amor entre ustedes.

Lo único verdaderamente importante es ser feliz, y sabes qué, no lo estaban siendo.

Me pides que pare todo … Pero, escucha, nunca volverán a ser lo que fueron antes… No habrá retorno a una humanidad deshumanizada, no habrá retorno a corazones cerrados, a vidas sin sentido; no hay retorno al egoísmo, ni a la vida frívola.

Hija mía, no tengas miedo… Mira… Detente … Mantén la calma … Respira …

Ve cómo todo vuelve a su camino, cómo se restaura todo, cómo se abren los corazones y las personas comienzan a sentirse de nuevo … Mira los ojos que vuelven a mirar al cielo y, por una vez, las personas reconocen que no están solos … Mira cuánta belleza …

No tengan miedo, sepan que todo esto es en sí mismo el principio de una realidad mucho más bella, de un nuevo viaje lleno de luz y amor.

Hija mía, nosotros, Jesús y los ángeles, quienes te aman tanto, siempre estamos contigo y con todos aquellos que tienen un corazón abierto para recibirnos…

Hija mía … Mira … Detente … Mantén la calma … Respira …

No tengas miedo … Todo está bien … Lo mejor está por venir…

Te amamos y siempre estamos contigo.

Jesús

Mensaje canalizado por Angélica Bovino

28/03/20