Queridos míos:

 

¡Mi alma se regocija cuando se acercan a mí! Sépanse profundamente amados y sostenidos por mí.

Veo con tristeza que muchos de ustedes viven en soledad, en miseria y en agonía; como madre siento pena y quisiera ayudarlos, pero sé que son ustedes mismos los que tienen que tomar la decisión de vivir de una mejor manera.

Son ustedes los que tienen que abrir su corazón y amar a sus semejantes, son ustedes los que tienen que dejar de buscar el valor de lo material y empezar a sopesar el único e inmenso valor del amor.

Yo y todos los seres de luz que me acompañan los amamos profundamente; el amor está aquí para todos ustedes, en el aire, en la atmósfera, en las plantas, en los animales y en cada ser vivo que se encuentra sobre la Tierra. El amor es el don más valioso que tienen y es el único vehículo que los sacará de la soledad, la miseria y la agonía en la que se encuentran.

La forma de acceder al amor es simplemente abriendo el corazón y tomándolo, arriesgándote a volver a vivir en la inocencia, atreviéndote a volver a ver el mundo con ojos de niño, siendo lo suficientemente valiente para volver a confiar y para entender que la vida tiene un flujo y que solo tienes que fluir en él. Abrir el corazón a la vida, al amor en general, con ese sentimiento que sale de tu corazón para ser compartido con tu pareja, tu familia, tus amigos y llegar aun más allá con el mundo que te rodea.

Verás que la verdadera felicidad la encontrarás en el gozo profundo de compartir este amor que ya existe y que emana de tu corazón como una fuente de Luz infinita.

Mientras encuentras esta fuente de amor, es importante que sepas que siempre te estamos acompañando. Cuando te sientas triste, acude a mí; pon tu cabeza en mi regazo y llora… tus lágrimas, benditas para mí, se convertirán en las estrellas que adornan mi manto. Cada lágrima que derrames, es una forma de purificación, de limpieza de tu corazón y te acerca más a ese amor puro e inocente que ya existe dentro de ti.

Siempre recuerda que nunca estás solo, siempre estás rodeado de ángeles y seres de luz, protegido por mi manto estrellado nuestras alas.

 

Te amamos profundamente.

Madre María