Soy el Arcángel Jeremiel. Yo me dedico a estar cerca de los humanos, a infundirles confianza, fe y a fortalecer su relación con Dios. También me dedico a hacer crecer el amor en cada persona, como si fuera una flor que necesita del cuidado de un jardinero del amor: lo riego, lo podo, lo hago crecer; lo vuelvo a regar, lo vuelvo a podar… haciéndolo cada vez más fuerte en cada persona.

Hay personas que no encuentran el amor en su corazón (todos lo tienen), porque lo tienen bloqueado; buscan el amor en el exterior únicamente, sin importarles lo que puedan dar a cambio. Sólo están dispuestos a tomarlo, no a darlo. Por supuesto, se sienten vacíos, solos e incomprendidos, porque no han encontrado la fuente del amor incondicional e ilimitado: el amor a Dios… el amor a sí mismo. 

Sí, Dios está en cada uno de nosotros, entonces al amar a Dios, encuentras el amor en tu propio corazón, encuentras el amor a ti mismo y puedes encontrar el amor hacia tu prójimo. Cuando amas a Dios te llenas de amor. 

Tú ya encontraste el amor incondicional en tu corazón, sólo que a veces te da miedo entrar en contacto con él. ¿Por qué? Porque es tan grande, tan hermoso y tan completo que te sientes pequeña junto a él. Entiéndelo bien, es parte de ti, cuando logres integrarlo, cuando integres a ese pequeño ser en el gran ser que es tu propia capacidad de amar, sentirás tu verdadero poder, tu verdadera esencia y te darás cuenta de que eres parte de Dios.

Recuerda siempre que eres uno con Dios, ERES AMOR, ERES HIJO DE DIOS, PERFECTO Y COMPLETO. 

 

Invítame a entrar en tu vida y a hacer crecer el amor incondicional en tu corazón y me quedaré para siempre. 

Arcángel Jeremiel