Cuando nos invitas a entrar en tu vida cotidiana, cuando nos pides que te asistamos con pequeños favores y nos permites guiarte, tu vida se torna más fácil. Ninguna actividad es demasiado simple o demasiado compleja para nosotros. Los ángeles te ayudaremos en situaciones tan sencillas como encontrar un lugar de estacionamiento adecuado, o en cuestiones tan complicadas como decidir cuál es el próximo gran paso que quieres dar en tu vida.
Pídenos a nosotros, tus ángeles, que te abramos los caminos y te ayudaremos. ¿Por qué? Pues porque seguimos la voluntad de Dios y LA VOLUNTAD DEL PADRE ES QUE VIVAS EN LA PAZ, EN LA UNIDAD, EN EL AMOR Y EN LA ABUNDANCIA. ¿No es eso lo que cualquier padre quiere para sus hijos? Entonces, no dudes en pedirnos ayuda en cualquier aspecto de tu vida.
Te mostraremos el camino de regreso a casa, el camino del amor y de la luz; no significa que tengas que volverte un santo de la noche a la mañana, conocemos y entendemos tu condición humana. Tampoco significa que debas transformar toda tu vida en un abrir y cerrar de ojos. Significa que todas las actividades que normalmente haces, las realices en paz y con amor. ¿Te parece difícil? Sólo pídenos que te mostremos los caminos, seguro tendremos algunas sugerencias que hacerte.
Al abrirte a nosotros los ángeles y aceptar nuestra ayuda, podrás ir más liviano por la vida. Piénsalo, ¿no sería maravilloso que alguien te ayudara a sostener la pesada carga que llevas en tu espalda? El hecho de tener una actitud más ligera te ayudará a tomar con menos seriedad los asuntos “mundanos”, te permitirá jugar más y sacar a ese niño interno que sabe disfrutar de la vida. Estos cambios internos se verán reflejados en tu actitud hacia los demás. ¡Claro! Te volverás una persona más tranquila, amorosa, paciente y tolerante. Brillarás con luz propia, dejarás salir al ángel que tú eres e infiltrarás esa luz en todos los que te rodean, provocando, así, que ellos se abran a sus propios ángeles.