Queridos míos:
Se preguntan constantemente ¿dónde está Dios?, ¿dónde lo encuentran? Y siguen sintiendo que Dios es una entidad separada de ustedes, siguen pensando que Dios vive en el cielo; incluso algunos de ustedes, cuando hablan con Él, voltean los ojos hacia arriba.
En esta ocasión queremos que tomen conciencia de la presencia de Dios en el TODO; y cuando hablamos del TODO estamos hablando de toda la materia existente, incluyendo aquello que quizá te pueda parecer poco digno de Él.
LA MATERIA ES, SIMPLEMENTE EXISTE y Dios está vivo en la MATERIA; por lo tanto, DIOS EXISTE.
¿Cómo puede existir Dios en toda la materia, incluyendo aquella parte que a tus ojos humanos pudiera ser juzgada como “negativa”? Pues sí, Dios nos recuerda la perfección de lo imperfecto como parte del proceso de aquello que cada uno de ustedes dispuso crear en su vida, para continuar con la evolución de su alma.
Si consideramos que Dios está en todo, que el todo forma parte de una sola entidad que es Dios, podemos considerarnos como pequeñas partículas de esa gran entidad. Siendo así, todos formamos parte de lo mismo, de un solo cuerpo… de tal manera que cualquier acción que tomemos repercutirá en el TODO, afectándolo de manera positiva o negativa.
Te pedimos, te exhortamos a que no te olvides de los siguientes conceptos:
TODOS SOMOS PARTE DE LA MISMA ENERGÍA (incluyendo a los ángeles). Es decir, somos uno; al hacerte consciente de esto, te harás consciente también de que al afectar a uno, afectas a todos.
TODOS SOMOS PARTE DE DIOS. Esto implica que Dios, la Divinidad, vive en cada uno de nosotros, y cuando sean capaces de ver a Dios en cada persona, en cada animal, en cada planta, en cada cosa de su universo, entenderán el verdadero concepto del amor incondicional.
DIOS tiene la capacidad de transformar la materia y ¡es ahí donde ocurren los MILAGROS!
No se olviden de que Dios vive en cada uno de ustedes. Con esta confianza de ser parte de su creación, fluyan en su caminar por la vida, sabiendo que TODO ESTÁ EN ORDEN DIVINO.
Los acompañamos hoy y siempre.
Arcángel Miguel