Mi adorada niña:

Sé que hoy tu futuro parece aún incierto, sé que hoy estás parada ante el umbral del camino decidiendo aún si debes o no empezar a caminar. Sé que a pesar de lo mucho que ya has caminado a nuestro lado, todavía a veces sientes miedo de dar estos nuevos pasos y de andar este nuevo sendero.

Mi niña, entiendo tus miedos, entiendo que quisieras saber y garantizar que todo va a estar bien, que debajo de cada pisada encontrarás piso firme y que no habrá obstáculos que te hagan tropezar o caer.

Qué tal si dejas de buscar garantías; si te dieras cuenta de que nosotros, tus ángeles, vamos cuidando cada uno de tus pasos, que aun donde el piso no está firme te sostenemos y te cuidamos. Qué tal si te dieras cuenta de que tienes unas alas hermosas que te permiten volar en donde no puedes caminar.

Si pudieras ver con tus ojos cómo tus ángeles trabajamos para ti, cómo, cuando tú nos lo permites a través de tu confianza, vamos eliminando los obstáculos del camino antes de que llegues a ellos. Qué tal si observarás que detrás de cada obstáculo hay una lección y detrás de cada lección, hay una bendición.

Mi niña, qué tal si te dejarás sostener por la mano de Dios, si caminaras este nuevo camino confiando en su amor incondicional, qué tal si te pusieras en sus manos y entregaras tu caminar, sabiendo que cuando estás a su lado, cuando Él te sostiene nada podrá estar mal.

Este es tu camino, estos son tus pies para recorrerlo y aquí estamos nosotros para acompañarte en cada paso que des.

Te amamos y te acompañamos siempre.

Arcángel Gabriel