Debes respetar tu cuerpo, amarlo, es parte de ti, ¿no es cierto? Últimamente, te hemos visto muy enfocada al crecimiento de tu alma, de tu espíritu y, sin embargo, has descuidado tu cuerpo físico. Te has olvidado de la importancia que tiene el cuidado del templo en la adoración al Señor. Tu templo es tu cuerpo, tienes que protegerlo. ¿Qué es cuidarlo?, ¿Respetarlo? Es buscar su bien (descansar, alimentarlo sanamente, ejercitarlo), y no sobreexponerlo o dañarlo. Pero sobre todo, no debes saturarte con una actividad tras otra; debes respirar, cuando respiras haces que ingrese a tu cuerpo luz, aire y energía. Acuérdate de respirar profundamente varias veces durante el día y cuida tu cuerpo.

 

Arcángel Rafael